martes, 17 de mayo de 2011

Capitulo 3: Cumbre!!

A la una de la mañana salimos por la Cumbre. Era el momento clímax, la razón por la que cual estábamos aquí. Era momento de enfrentar a nuestros propios demonios, en la montaña el adversario a vencer es uno mismo.  Por mi cabeza recorrían miles de dudas, mi estomago estaba hecho un nudo, traía la mandíbula trabada, frente a mí la esfera de luz que emanaba mi linterna. Solo podía escuchar mi propio respirar, mis propios pasos. Escalábamos en silencio, sumergidos en nuestro propio universo. El frío azotaba violentamente,  la noche se hacía larga y melancólica.
Justo antes del amanecer es cuando más frío hace.  A estas alturas el cuerpo entra en modo de sobrevivencia. La falta de oxigeno y frío extremo hace que el cuerpo automáticamente prescinda de enviar sangre a las extremidades, empezando con pies y dedos, esto para abastecer los órganos vitales (cerebro y corazón) del tan preciado liquido sanguíneo. No sentía mis manos, tenía que frotarlas y aplaudir para restablecer la circulación.  Eran las 6 de la mañana, tenía mucho frío y ya sentía cansancio, aun faltaban 8 horas…..

La salida del sol es como Oxigeno puro, revitaliza, te da un segundo aire. Por fin veíamos lo que nos rodeaba, la magnitud de la montaña que intentábamos escalar se hacía presente.  Aun faltaba lo mejor… Libramos la Puerta del Viento con relativa calma, sin embargo, ahora iniciaba la Gran Travesía que llevaría a la “cueva” , desde ahí por fin se ve la cumbre, sin embargo primero uno debe vencer a la canaleta. Desde la cueva solo quedan 300 metros, los 300 metros más largos de mi vida….

La “Gran Travesía” ha sido la que más me ha asustado en mi corta trayectoria como montañista.  Cada paso era tortuoso, cada inhalación venenosa, el aire me intoxicaba, como un borracho andaba yo arriba de los 6000 m. Pasos en falso, vértigo, problemas para hablar y articular pensamientos. Mitch estaba peor…
Cada avance requería de toda mi atención y concentración. Le pendiente era mortal, inclinada y congelada.  Cualquier error seguramente me costaría la vida. Pensé en mis seres queridos, en mi familia, mi novia y mis amigos. Que estarían haciendo ellos? Tendrían idea de que estaba aquí? Entre el cielo y la tierra, entre la Dios y hombre? Pensaba en ellos y me daba fuerza, vine aquí a vivir no a morir. Desde mi entrañas, desde lo más profundo de mi ser, saqué fuerzas y valentía. Seguro hombre! Sensei ayudaba a Mitch a cruzar la travesía, sabía que tenía que salir adelante por mí mismo, Sensei no iba a poder con dos locos!!
Decidí no parar y seguirme de frente hasta la cueva. Cuando lo logré, Mitch y Sensei aun estaban atrás. Mi cuerpo necesitaba energía, prepare un Kool-Aid de naranaja, extra sugar please!! Volví a la vida…

Esperé a que llegara Mitch y le di mi Cool Aid, él estaba fulminado, acabado. La reunión con Sensei fue breve, “voy por la Cima”, le dije, “tengo que”. “Tienes dos horas” contesto,” a las 2pm, estés donde estés, te tienes que regresar”…
La última parte fue lo peor, no podía dar más de 3 pasos sin tener que parar a descansar y recuperar aire. Iba demasiado lento,  a este ritmo nunca iba a llegar a la cima a tiempo. Sabía en mi mente que a las 2pm me tenía que dar la vuelta, lo daba por un hecho, pero aun había tiempo,  45 minutos, estos no se acababa todavía. Apreté el paso, no sabía si seguir o regresarme, faltaba tan poco pero parecía imposible, físicamente no tenía lo que se necesitaba. “Como diablos NO!” me dije. Tres pasos, cuatro, cinco, seis, siete, ocho…
Gritaba, no sé si del dolor o la desesperación. Decidí no alzar la vista, solo ver hacia abajo, hacia donde estaban pies, caminaría sin parar hasta que llegara la hora de darse la vuelta. En mi no iba a quedar, yo iba a pelear hasta el final. De pronto, sin saber cómo ni cuándo, termino la montaña…
No lo podía creer! Lo había logrado! CUMBREEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!! Me había vencido a mí mismo,  había logrado mi sueño de pararme en la Cima de América! En qué lugar estaba parado, podía ver hasta el fin del mundo… El cielo y las nubes me celebraban! Que éxtasis!! El dolor desvanecía,  las dudas se disipaban. Estaba parado aquí no por talento o fuerza, sino por FE! Fe en la montaña, fe en Dios, Fe en mi compañeros, Fe en mi…

Al final el premio fue glorioso,  todo el sacrificio y todo dolor valían la pena ahora. Lágrimas caían por mi mejilla, lágrimas de triunfo y  emoción. Años de soñar y subir montañas hoy tenían validez. Ese día fui el hombre que siempre he querido ser, nunca olvidaré la libertad y la felicidad que viví con mi equipo en el Aconcagua. Vivimos horas de fraternidad, valentía, compasión, paciencia, tolerancia y respeto… las mejores virtudes del mundo….Hombres de honor y gallardía, ese era nuestro día!!

Click, click; unas cuantas fotos y una imagen mental que nunca se me borrará. Yo parado en el balcón del universo viendo hacia lo infinito, Dios, Dios, Dios! De pronto la realización de solo ir a la mitad del camino me azotó, la felicidad se convirtió en instinto otra vez, me volví a poner mis gogles y mi guantes, tomé mi piolet nuevamente y mire con determinación hacia abajo, como venía haciendo por las últimas dos semanas, puse un pie enfrente de otro, falta la bajada mano… ponte chingon!!!